Las Cenizas del Mal, segunda de las películas de la Primera Muestra de Cine Dominicano, deja muchas experiencias.






No se puede decir que Las Cenizas del Mal sepuede desir que es buena . Es una experiencia interesante que nos negamos a condenar estéticamente porque se debe juzgar como expresión de un conjunto de condiciones.

La segunda noche de la Primera Muestra de Cine Dominicano de Provincia sirvió para presentar la representación de Santiago, una producción de terror en torno al tema de las bandas juveniles satánicas, dirigida por Javier Vargas con el respaldo de la Universidad Tecnológica de Santiago y su nueva división UTESA Films.

La película es el producto de un esfuerzo que impulsa la UTESA, para lo cual ha dedicado recursos y capacitación a un grupo de estudiantes de Comunicación encabezados por Javier Vargas y para lo cual se contrató al director y guionista cubano Andrés Caldas, quien vino al país durante un año en 2006 para ofrecer clínicas.

Lo bueno y lo no tan bueno

No se trata de una cinta perfecta. No. Tiene errores en el guión, las actuaciones son propias del teatro aficionado y falta continuidad en el sostenimiento de algunos efectos visuales, además de que ofrece en un momento determinado, un tono de comedia rompe el ambiente de terror y que recuerda lo ocurrido con Andrea, pensada para ser terror sobrenatural y que la gente asimiló como comedia.

Sin embargo, Las Cenizas del Mal aporta un ejemplo importante y oportuno que trasciende su validez como obra artística.

Revela, en primer lugar, la función de productora que pueden desarrollar instituciones académicas, como forma de capacitar personal técnico y artístico así como para llevar un mensaje positivo sobre temas de gran actualidad, en un país donde es tan difícil hacer cine.

Locaciones y equipo técnico

La película se rodó durante 35 días en diferentes locaciones de la región norte entre ellas Santiago, Gaspar Hernández, Río San Juan, Navarrete y Tamboril, luego de una pre-producción que tomó más de un año.

La dirección de fotografía está a cargo de Charles George, como director artístico el cubano Andrés Calda y en la edición y efectos especiales Víctor Valerio.

La canción principal de la película fue escrita e interpretada por el popular bachatero Luis Vargas, mejor conocido en el ruedo artístico como “El Rey Supremo”.

La compañía contratada para el rodaje fue Newton Films.

Las Cenizas del Mal es la primera producción cinematográfica de UTESA Films, pues ya se tiene escrito el próximo guión. No se sabe de qué tema, pero ya hay un nuevo asunto en carpeta. Se está a tiempo para analizar esta experiencia y superarla en el otro proyecto que viene.

La exhibición de Las Cenizas del Mal se realizará en UTESA, recinto de Santiago, con diferentes horarios al día. Luego que se exhiba en todos los recintos, se presentará en todos los cines del país.

El cine no hace sermones

La intervención del rector de la UTESA, el doctor Príamo Rodríguez, aun cuando insertada por medio de una entrevista de televisión para comentar el tema de los valores de la juventud, debe entenderse en el marco de una producción auspiciada por esa universidad y sus estudiantes de comunicación.

Pero resulta larga e innecesaria. El cine no está llamado a difundir sermones “para llevar un mensaje” (sobre todo si es del patrocinador), sobre todo si existen formas cinematográficas de transmitir nociones de valor social por medio del lenguaje del cine y sus talentos delante y detrás de cámara.

Un involuntario momento de humor

Existe una tendencia en el cine de provincias de terror sobrenatural, probablemente tratando de re-editar el fenómeno Andrea, pero en ese camino existe el peligro de no lograr la atmósfera y que se escape un efecto no perseguido.

En medio de la atmósfera “diabólica” y de terror, se produce un inesperado momento de comedia, cuando uno de los parientes de la protagonista supuestamente asesinada, recibe las sus cenizas y proclama: ¨! Pero estas son las cenizas de Fulana!”. La risa estalló a mandíbula batiente proveniente de toda persona asistente que se preguntó: ¿Cómo puede saber alguien que recibe una funda de cenizas que son de una persona determinada? Tal vez tenía a su lado una maquina especial e instantánea de determinación de ADN, pero no fue mostrada por la dirección del filme.

Un público fiel pero escaso

La cinta fue proyectada ante un público que incluyó a estudiantes de cine, directores (entre los cuales estaba el infaltable Robert Cornelio), directores de teatro (como Ángel Haché, en búsqueda de talentos histriónicos), Juan Sangiovanni, director de www.wrdom.com (el directorio web privado más reciente y completo del país que se caracteriza por su respaldo al cine local) además de algunos actores, amantes del cine y los ejecutivos de la Dirección Nacional de Cine y la Cinemateca Dominicana (que por cierto está proyectando en la tarde obras maestras del cine - lo que merecería una mayor difusión- y que al parecer evaluó la película únicamente como producto fílmico. Las Cenizas del Mal es más que una película (defectos y aciertos incluidos). El público debía llenar todas las cómodas butacas de la Cinemateca Dominicana, pero no ha sido así.

En resumen

Las Cenizas del Mal tiene el mérito de llamar la atención sobre un quehacer cinematográfico sincero y al cual le quedan por delante muchas experiencias por recoger, un cine que demuestra la capacidad de acometer grandes metas y cumplirlas, independientemente de la calidad de su terminación. Muchas noches de desvelo y cantidad de esfuerzos extraordinarios del pequeño grupo que se comprometió con este propósito, que se resumen en un trabajo digno e imperfecto que se disfruta durante una hora y media en la pantalla.

No se debe juzgar con criterios estrictos y de tabla rasa, en función de las condiciones en que se produce. Ni se debe justificar errores y deficiencias tan sólo porque es “cine dominicano”.